jueves, 31 de mayo de 2007

IV

¡Oh! Gran sol naciente que lo envuelves todo

Con denuedo magnánimo contagias la percepción

Dulces y humanitarias emociones que rodean mi espíritu

Glorificadores de mi ánimo y enaltecedoras de mis sentidos.

Impresiones esotéricas que lo engloban todo

Sentimientos que derriten entes incorpóreos

Que consolidan voluntades privadas de afecto

Que reaniman la llama de la esperanza.

Obstáculos que pródigamente se arrinconan

Contradicciones y desventuranzas en un destino aciago

Azarosos sucesos que se imprimen con tinta roja

Venturanza incierta generadora de dudas…

Os canto a vosotras,

Cristalinas aguas de la incertidumbre

Elementos embravecidos que golpeáis mi semblante

Que enturbiáis mi ánimo

Que alteráis mi existencia.

Con atrevimiento y hercúleo ardor me mantengo firme

La estación me hace fuerte y avispado

Tus sólidas trabas no son nada

Confrontadas con mi atrevimiento.

Picardía y presteza son los hilos que estremecen mi identidad

Identidad que ve satisfechas sus aspiraciones

Deseos que estremecen mi ánimo

Que confieren razón de ser a mi objetividad

Y que me hacen creer en un destino idealizado…

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